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Juntos, ¡mucho mejor!

Juntos, ¡mucho mejor!

juntos mucho mejor

Una creencia bastante extendida y compartida por casi todos nosotros es que:

“Un grupo de personas puede conseguir mucho más que una persona sola” o

“El resultado del trabajo de varias personas es mucho más que la simple suma de todos los trabajos individuales”.

Y es que es fácil comprender que cuatro ojos ven más que dos, y que si contamos con más recursos, el proceso de creación o de solución en cualquier situación, será más fácil y rápido.

Ahora bien, si esto es así, o por lo menos así lo creemos,

¿por qué en la realidad del día a día nos es tan costoso trabajar o crear algo juntos?

¿por qué nos cuesta ponernos de acuerdo?

Y sobre todo,

¿con qué recursos contamos para sacar todo el partido posible a la diversidad y riqueza que nos ofrece un grupo de personas?

La semana pasada asistí a una conferencia donde cerca de 700 personas exploramos durante 3 días lo que significa pasar del YO al NOSOTROS y lo que se necesita para hacer esa transición y obtener así los beneficios que nos ofrece el funcionar unidos o con un fin común.

En este artículo me gustaría compartir algunos de los aprendizajes de esos tres días con el fin de entender mejor cuáles son los factores a nuestro favor y en nuestra contra a la hora de trabajar o convivir juntos.

Comenzamos primero por aquellos factores que ralentizan o dificultan el trabajo de varias personas, bien sea en el área profesional o personal:

1.- El ego.

El ego se convierte en un obstáculo cuando quiere llevarse todo el mérito él.

Esto hace que creamos que nuestras ideas o formas de hacer las cosas sean las mejores y que las defendamos a capa y espada. Así, la contribución que hacemos al equipo no es con la intención de encontrar la mejor solución o idea, sino la de defender y dar argumentos sobre la mía. Y de esta manera, las conversaciones en grupo se convierten en un cúmulo de argumentos dirigidos a defender ideas o propuestas.

2.- El foco

El foco es aquello donde ponemos nuestra atención. Y se convierte en un obstáculo cuando ponemos nuestra atención en nosotros mismos o en la forma de llegar al objetivo común. Es decir, si el objetivo es llegar a Paris, perdemos el foco cuando nos centramos en defender la mejor forma de llegar, en vez de centrar el foco en avanzar hacia Paris. Siempre va a haber muchas formas de conseguir un objetivo, y tenemos que prestar atención a cuando atascamos el avance debido a las diferencias en las formas.

3.- Los acuerdos

Buscamos el acuerdo de todo el grupo en la forma de hacer y, como hemos dicho anteriormente, siempre va a haber múltiples formas de llegar a un mismo lugar. Esto hace que llevemos nuestra atención a lo que nos hace diferentes y sea mucho más difícil avanzar. En estos momentos lo que funciona es volver la atención a lo que nos une, al objetivo común en el que si estamos alineados.

4.- El sentido

Cuando no le encontramos sentido a lo que hacemos juntos, al objetivo o al para qué, nuestra motivación es muy baja. Esto afecta a nuestro estado de ánimo, y por lo tanto a nuestra contribución, haciendo que nos retiremos o que veamos única y exclusivamente lo malo.

Veamos ahora algunos de los recursos imprescindibles para funcionar y disfrutar juntos:

1.- Alineación

Es muy importante que todo el grupo esté alineado con el “para qué” del objetivo común y con los valores que se quieren honrar en el proceso. Este objetivo y valores es lo que nos une. De ahí que, siempre que haya una discrepancia que nos separe, podremos volver a lo que nos une y recomenzar desde ahí.

2.- Flexibilidad

La flexibilidad es clave a la hora de avanzar juntos. Ésta nos ayuda a adaptarnos a otras formas de hacer con el fin de avanzar hacia lo común, y además permite integrar las diferentes necesidades de cada persona en cada momento.

3.- Confianza

Otro recurso clave. Confianza en que juntos avanzaremos más lejos, en que cada miembro tiene algo valioso que aportar así como en el propio proceso de creación. La confianza nos da tranquilidad, apertura de mente y activa nuestra creatividad y la de todos los miembros del grupo.

4.- Presencia

La única forma de poder contribuir es estando. Ante la frustración, la desgana y la dificultad el desaparecer se vuelve muy tentador. En estos momentos el continuar con nuestra presencia es imprescindible. Volver a aparecer con el foco en lo que es importante y en lo que nos une en vez de en lo que me separa del resto.

A estos recursos les podemos añadir todos aquellos que queramos: humor, diversión, amor, comprensión, empatía, etc.

Crear juntos nos da la oportunidad de contribuir con lo mejor de nosotros mismos a la vez que nuestro ego desaparece y nos recuerda que no estamos solos, que podemos repartir el peso y que la fuerza está en la unión.

Si estamos todos en el mismo barco, ¿por qué no trabajar juntos hacia objetivos comunes que nos sirvan a todos?

Juntos, ¡¡¡mucho mejor!!!