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¿Dónde y cuándo quedamos?

¿Dónde y cuándo quedamos?

 

¿Dónde y cuándo quedamos?

 

Esta pregunta a simple vista parece fácil de contestar. Sin embargo, se hace imposible de contestar si nuestro medio de transporte es un barco de vela.

Hace unos días una amiga que pasa todos los Agostos en un barco de vela con su familia, compartía conmigo uno de los dichos que tienen en el mar: “podemos quedar un día y a una hora, o podemos quedar en un lugar, pero nunca las dos cosas a la vez”.

¿Cómo?¿Por qué no? Pues porque cuando dependes de las condiciones del mar nunca puedes asegurar al cien por cien qué va a pasar en el camino.

De ahí que podamos quedar en un puerto concreto, pero sin asegurar el día y hora exacta, porque si de camino nos encontramos con una tormenta que nos desvía de nuestra ruta tardaremos mucho más en llegar de lo previsto. O podemos quedar a una hora concreta, pero sin saber dónde estaremos en ese momento.

Las condiciones meteorológicas afectan al estado del mar y al tiempo de navegación necesario para llegar al lugar previsto. Y aunque cada vez hay instrumentos más precisos que calculan la previsión del tiempo, estas medidas no dejan de ser una previsión. Y lo que si es seguro cuando sales a navegar es, que cualquier cosa puede pasar.

Esta incertidumbre y falta de control sobre el tiempo, no parece desanimar ni lo más mínimo a los amantes del mar a salir a navegar y a disfrutar de ello. Incluso si saben que las condiciones del mar en un momento pueden estar a su favor y en el momento siguiente pueden volverse en su contra. Ellos han aceptado que estos cambios forman parte del camino y han aprendido a sacar beneficio a las buenas condiciones y a mantenerse a flote en las malas.

En tierra, sin embargo, me da la impresión de que somos un poco más exigentes y queremos controlar cada minuto, cada segundo, cada resultado, y a veces, hasta el comportamiento de los demás. Y nos olvidamos de que la gran mayoría de lo que ocurre en nuestras vidas no está bajo nuestro control.

Ahora bien, nos podemos centrar en aquello que no está bajo nuestro control y dedicar nuestro tiempo a predecir el futuro y prepararnos para todos los escenarios posibles, o podemos poner nuestra atención en aquello que sí está en nuestro control como por ejemplo:

 

  • Mantenernos flexibles física, mental y emocionalmente.

De esta manera podremos adaptarnos más rápidamente a cualquier situación o circunstancia con la que nos encontremos.

  • Ejercitar nuestra capacidad de resolución, creatividad y voluntad.

Estos recursos nos ayudarán a crear soluciones, visualizar opciones y ponernos en marcha y avanzar.

  • Aliarnos con las circunstancias en vez de resistirnos a ellas o rechazarlas.

En cada situación podemos elegir ir en contra de la corriente, frustrarnos, agotarnos y no avanzar, o podemos elegir ir a favor de la corriente y dejarnos sorprender por el lugar al que nos lleva y que por nosotros mismos no hubiéramos elegido.

  • Confiar que, aún en la peor de las tormentas, nos mantendremos a flote.

La confianza en uno mismo y en la vida la tenemos que cultivar en casa, dentro de uno mismo. Confiar que estamos en buenas manos, como dice Fidel Delgado, es una elección individual al alcance de todos.

  • Aceptar la incertidumbre como parte del camino, desapegarnos del resultado final y enfocarnos en disfrutar lo más que podamos.

Cuando sólo le damos importancia al resultado, y nos cerramos a una sola forma válida o buena, nos estamos perdiendo la vida.

 

¿Cuántas veces nos hemos encontrado con algo maravilloso por casualidad o sin esperarlo?

Llegar al continente americano cuando el objetivo era ir a la India lo podemos ver como un error garrafal y quedarnos con que no se consiguió el objetivo, o quedarnos con la parte nueva, con el descubrimiento y disfrutar de todo el camino hasta allí.

Seguramente recordéis momentos de vuestras vidas en las que las cosas no han salido como querías y a la vuelta de la esquina (a veces meses o incluso años después) veis que fue lo mejor que podía pasar.

 

Este mes os invito a que nos centremos en lo que controlamos, a disfrutar de cada momento lo máximo posible y a confiar que aquello que no está en nuestro control ¡¡está de nuestra parte!!

 

¡¡Feliz Octubre!!